viernes, 7 de febrero de 2014

La afinación





Lo primero que nos enfrentamos cuando tenemos en las manos una guitarra es el afinar sus cuerdas. Entonces nos preguntamos ¿sí aún no sé cómo tocarla cómo &%#%&%  me van a pedir afinarla? Si no eres un genio dotado de nacimiento con un oído excepcional o no fuiste músico en una  vida anterior, se te puede hacer cuesta arriba eso de calibrar las seis cuerdas del instrumento.
La mayoría de las técnicas de afinación que conozco parten de hacer sonar la quinta cuerda – de abajo hacia arriba- en la nota La, y a partir de ella siguiendo unas reglas se pueden poner a punto las restantes.
Cuando era pequeño la forma más sencilla de obtener un tono certero para el La era escuchar el sonido de la línea telefónica cuando se habría el canal para hacer una llamada. Hoy en día con la desaparición de los teléfonos de marcado por rueda y la aparición de los celulares, hemos perdido la costumbre de esperar el sonido de señal para iniciar la secuencia de números de la persona a la que queremos llamar. De hecho ahora ni siquiera memorizamos números telefónicos puesto que en nuestros teléfonos “inteligentes” podemos guardarlos en una agenda, por lo que vasta buscar el nombre y presionar discado – en recuerdo de los teléfonos con disco de marcado.
Luego, en mi primera adolescencia – porque he tenido varias- descubrí algunos artilugios que ayudan a los aprendices de guitarristas a encontrar el preciado sonido de La: desde pitos hasta diapasones. Ya más crecidito he descubierto hasta aplicaciones para tabletas que te brindan el sonido correcto para cada cuerda de la guitarra.
Una vez que se logra afinar la quinta cuerda en La, hay un truco aparentemente sencillo para poner las otras a punto en su tono correspondiente: la primera en Mi, la segunda en Si, la tercera en Sol, la cuarta en Re, y la sexta en Mi.
El truco es el siguiente: El sonido de una cuerda pisada en el quinto traste debe ser el mismo que el de la anterior sonada al aire, excepto la tercera que debe ser pisada en el cuarto traste.
Nada. La técnica de afinación es sencilla y hasta podemos ayudarnos con algún teclado para comparar el sonido obtenido con el que debe producirse. Pero la cosa no es coser y cantar ni mucho menos. 
Por mucho que te tengas la teoría de afinación clara, la práctica se va ganando poco a poco. Mi mejor recomendación para lograr una afinación correcta es inicialmente pedirle a un músico que te haga el favor e ir estudiando la ejecución del instrumento: cuando logras ejecutar varias piezas, el sonido de ellas te guiara sobre lo bien o mal afinado de tu instrumento.
En resumen: Que alguien te haga el favor de afinar tu guitarra. Estudia su ejecución. Aprende la regla de afinación. Ve ganando oído al ir aprendiendo piezas.
Sigamos enamorándonos de la guitarra y nos escuchamos en el próximo post.

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